“En ella Venezuela tiene con que
y como diversificar la economía”.
Decía en el artículo anterior
que señalaría aspectos importantes aun cuando los plantearé en forma
aparentemente dispersos pero que conforman partes de un conjunto, aclarando que
se trata de evaluaciones propias y teniendo como base un razonamiento de Mao
Tse-Tung: “La Economía es la base y la
política la expresión concentrada de la Economía”, tomado de la “Nueva Democracia” documento clave que data de 1940
y que explica, en gran medida, la China de hoy.
La Industria de la
Construcción, está presente en los tres sectores de la
economía. En el primer sector están los productos agrícolas y extractivos.
(Forestales por excelencia, petróleo, gas y todo tipo de minerales, empezando
por la piedra picada y la arena) que pasarán al sector secundario al ser, aguas
abajo, industrializados. Un estado que posea estos recursos y que predique y
practique el socialismo camina con paso firme.
En el sector secundario
es donde un país que quiera salir del subdesarrollo y de la condición de país
colonial tiene los fundamentos para industrializarse. La industria de la
construcción es por su naturaleza y fin la que más genera industrias que
generan industrias. En el caso de Venezuela, las empresas de la CVG son del
sector destinadas a la construcción; aclaremos que con acero, no solo se
construyen edificios y obras civiles, también barcos, refinerías, puentes,
plataformas marinas y una larga lista que la dejamos a la imaginación.
De lo dicho se infiere la
necesidad de estructurar un padrón de las empresas instaladas
en el país, lo que producen y lo que pueden producir teniendo como prioridad
las metalúrgicas; es decir “lo que producen y lo que pueden producir” tiende a
establecer el nivel tecnológico que tenemos y el que necesitamos desarrollar lo
que facilitaría y orientaría la planificación necesaria para organizar la
producción incluyendo la investigación y las prácticas que manejamos.
En el sector secundario,
al tener los insumos originarios como el petróleo, gas, carbón y producción
forestal, tenemos y debemos obligarnos a poner los ojos en el desarrollo petroquímico
y químico, en ello va el demostrar que Venezuela tiene con qué y cómo
diversificar su economía, aspecto que no se resuelven con leyes sino con propósitos
realmente independentistas, revolucionarios, en donde la producción, la
experimentación científica y la lucha de la clase trabajadora, desde el más
bisoño al más científico, sean el principal soporte, lo que obliga a entender
que no se puede separar la revolución cultural de la producción a menos que se
quiera hacer más de lo mismo; quedarse plantado en la cuarta república.
Al hablar de “La Revolución
Cultural”, estimo que hay que poner sobre la mesa muchas
cartas las cuales podemos identificar con preguntas pensando en la industria de
la construcción y sus derivados.
¿Tiene claro la revolución el principio de
Don Simón Rodríguez: “Enseñen y tendrán quien sepa, eduquen
y tendrán quien haga”? ¿La guerra de independencia
no ha tocado su fin?
En el sector terciario
de la economía está, entre muchísimas cosas, la educación y dentro de éllo la
investigación y el desarrollo tecnológico que pueden ser endógenos o exógenos
(importación de tecnología), aspectos que deben estar en sintonía con el
desarrollo industrial que necesitamos, por lo dicho no debe verse la ciencia y
la tecnología como aspectos separados de la educación secundaria, técnica y
universitaria, aspectos éstos que forman parte de “La revolución cultural”, tampoco debe afirmarse que teniendo un
ministerio al cargo de la ciencia y la tecnología se le da más importancia a la
investigación. Sin una Política de
Estado sobre este aspecto nunca tendrá la importancia que debe tener en un
proceso revolucionario.
La historia sirve, en esencia,
para entender el por qué el progreso de la humanidad, ella nos habla de la
lucha de clases y que “con las herramientas del presente se construye el
futuro” y por eso es bueno conocer algo de la historia de la construcción en Venezuela.
Sin retroceder mucho, en la década de los sesenta del siglo pasado, aun tibio
el espíritu del 23 de Enero, en el Banco Obrero se logró montar un equipo de
profesionales de la Arquitectura y la Ingeniería para estudiar e investigar
como con los mismos recursos financieros, industriales, tecnológicos y del
conocimiento de la construcción, para el momento, se podían producir más en volumen
mejorando la calidad de las viviendas y así satisfacer más necesidades. Vale la
pena recordar que en el último año de gobierno de Pérez Jiménez (1957) la
producción de vivienda estuvo en el entorno de las 10.000 unidades, la mayoría
construidas en Caracas (Cerro Piloto y 23 de Enero) que causó gran impacto
dentro y fuera del país y la inocua crítica a los superbloques terminó en el
“Parque Central”.
Este grupo de profesionales,
como equipo de investigación se desempeñó de tal suerte que se originaron
empresas de prefabricación con sistemas desarrollados en el Banco Obrero además
de incentivar y motivar la creación de otros sistemas constructivos
sistematizados, entre ellos, los sistemas túnel tales como el “FICS” que se
originó en Venezuela: (¡Sí la memoria me acompaña!: Ferends Industrial Construcción System) pero fue patentado en los
EE.UU de Norte América (Puerto Rico); mediante el alquiler de equipos y el
“Know How” muchas empresas constructoras produjeron un significativo volumen de
viviendas. Con la tecnologías desarrolladas se exportó a países vecinos (Colombia,
Brasil, otros) y se llegó a montar en Panamá en la época del General Torrijos,
una planta de prefabricados muy limitada para la construcción de 3.000 y tantas
viviendas, por esta transferencia tecnológica sólo se obtuvo una “felicitación
y reconocimiento”, Torrijos y el pueblo panameño se lo merecían. De este auge
investigativo, una empresa privada (INVESTI) se ocupó de investigar sobre
arcilla dando origen a lo que conocemos como “ALIVEN”, tanto la tecnología como el producto generado son de
singular éxito aun cuando el país le ha sacado poco provecho. Vale la pena
exponer que cuando se habla de tecnología en vivienda se habla del diseño y
construcción de la planta, como opera y la concepción del producto deseado,
váyase a producir “ALIVEN”, “OSB” o
un sistema constructivo para producir un edificio de veinte apartamentos por
semana, pueden ser también 80 por semana, es decir, cuatro edificios por
semana. En Venezuela tenemos como montar empresas con tecnologías endógena para
producir viviendas prefabricadas sean en concreto, “osb” aun cuando la planta
para producir los tableros espera por ser montada y sí se le prestase la
atención necesaria a la petroquímica posible, se nos abriría el horizonte para
producir viviendas.
Es sano decir que la industria
de la construcción tiene dos grandes consumidores para su
producción, una es la construcción “formal” de viviendas y equipamientos
representada por el Estado y el sector “banquizable” de la sociedad, es decir
“los pudientes”, el otro gran consumidor lo representa el sector excluido de la
economía que aún, por mil problemas heredados, no han sido incorporados a la
producción deseada, este sector de la población es la mayoría y ve en el
socialismo la solución a sus problemas, pero los socialistas, sobre todo el
sector dirigente tiene la responsabilidad (¿histórica?) de organizar al pueblo
para edificarla y en la construcción tiene un gran aliado, y volvemos a la
cantinela de la lucha de clases (las elecciones), la lucha por la producción (la industria de la construcción) y la experimentación científica
(desarrollo tecnológico de la industria de la construcción) son los tres grandes movimientos
revolucionarios para construir un poderoso país socialista.
Hacer una lista de los insumos
que tienen su origen en el sector primario y secundario de la economía para
construir sean viviendas, carreteras, equipamientos urbanos (hospitales,
edificios educacionales, locales para cualquier expendio, etc.) y siguen los
etcéteras, nos encontraríamos con un libro y que todavía una vez construidos se
requiere equiparlos. (otra lista, otro libro) esto último que escribo
parecieran obviedades, pero importamos puertas, ventanas, piezas sanitarias (otros
etcéteras), teniendo como hacerlos y muchos trabajadores de brazos cruzados.
Nuestros talleres metalúrgicos
están suficientemente preparados para producir cualquier tipo de encofrados,
sean túneles, de aluminio o acero, construir plantas de prefabricados. Si queremos
ganar tiempo, importamos plantas de prefabricados para una casita y la
multiplicamos para muchos edificios, ¿Quién lo prohíbe?
Siguiendo algo de historia de
la prefabricación en Venezuela, es importante recalcar el
hito tecnológico y la importancia de la investigación que tuvo el proyecto de
Valencia dentro del Banco Obrero. Generó dos plantas de prefabricación de
viviendas y le dio impulso a los sistemas túnel y otras empresas (si la memoria
me acompaña) se produjeron viviendas con el sistema “Costamagna” con plantas a
pie de obra; se montó una planta en Charallave de prefabricados con moldes
verticales del sistema “Larsen & Nielsen”. En Cumaná se montó una planta
cuyo sistema tuvo una prueba de buen comportamiento antisísmico. El Banco de
los Trabajadores financió una planta de prefabricados en Charallave para la
construcción de 15.000 viviendas; pero a estas iniciativas las acompañó también
otras empresas de prefabricación completamente desarrolladas por venezolanos
como T.J y Viposa y otras que por no recordarlas no dejan de conformar
historia.
Los proyectos con sistemas
prefabricados, es decir y reitero, constan del diseño y
construcción de la planta de producción, el cómo opera y la concepción del
producto deseado y como metodología se ejecutan mediante prácticas de
aproximación, ensayo y error, método tan matemático como la aritmética. El
desconocimiento de esto entre los arquitectos e ingenieros y los políticos es
proverbial.
Las plantas de prefabricación
de edificaciones por su similitud a otras plantas
industriales forman parte del sector secundario de la economía, pueden servir a
varias obras y a varias ciudades, exigen producción continua y son escuelas de
alta técnica; las obras o sea la actividad de campo, el ensamblado y acabado de
las edificaciones por definición y actividad pertenecerían al sector terciario
de la economía.
Para encarar el problema de la
producción urbana en cuanto a la vivienda y su equipamiento
la solución está en la prefabricación en el entendido que debemos, como
práctica socialista, satisfacer el crecimiento vegetativo y darle un plazo de
15 o 20 años a la deuda habitacional heredada, la sumatorias de sendas necesidades
esta entre 275.000/año y las 333.000/año, lo que resolvamos en 20 o 15 años;
una vez saldada la herencia la nación se quedaría con la solución al
crecimiento vegetativo, que para esos momentos rebasarían las 150.000
viviendas/año.
Las cantidades de vivienda
señaladas, explica que las prácticas de la contratación,
la cultura del contrato, no son la solución en un sistema socialista. ¿Cuál
sería la solución? Es bueno recordar a Einstein y decirlo con énfasis: “El más evidente síntoma de locura es
esperar resultados distintos de la misma conducta”. Una forma de resolver
la producción es mediante el diseño y la organización de FRENTES DE PRODUCCION
los cuales le darían al proceso de instauración del socialismo la oportunidad
de organizar a la población en términos de trabajo para la satisfacción de sus
problemas de viviendas entre otros.
Los FRENTES DE PRODUCCIÓN
tienen muchas ventajas además de la organización, abarata el producto en un 21%
que es el porcentaje que se reconoce por administración y utilidad a las
empresas de construcción, sinceriza los costos lo que puede traducirse en otro
10%, los métodos de producción reducen drásticamente los desperdicios propios
de la construcción tradicional. Con la interacción entre los diferentes frentes
de producción se facilitarían conocimientos y actividades, (como se hace),
generando intercambio de conocimientos y sobre todo la burocracia perdería su
protagonismo cuarto republicano. ¿Es muy complicado crear FRENTES DE
PRODUCCIÓN?, “el socialismo no cae del
cielo”, lo que debe contemplarse es que en los inicios se tropezaría con la
falta de cuadros, sobre todo a nivel técnico, aspecto que se superaría con la
actividad proactiva de los participantes con la práctica, con el compromiso
revolucionario y con un aliado poderoso: EL
TIEMPO. En la formación universitaria nuestra, tanto la heredada como la
que surge no se ha podido superar el individualismo (esencia del capitalismo),
la formación de servidores para la minoría y a la falta de formación política
en donde “el economismo” y “el voluntarismo” prevalecen, todos esos aspectos
deben ser superados en los FRENTES DE PRODUCCIÓN. No puede haber un partido
socialista sin una teoría revolucionaria que agrupe a todos los socialistas. La
creación de los FRENTES DE PRODUCCIÓN sería una tarea política de
trascendencia, no hay por qué temerle, el quid está en ponerse a trabajar; el
discurso revolucionario sin práctica revolucionaria no conduce a la edificación
del socialismo del que tanto hablamos.
En un tercer artículo
sobre la industria de la construcción abordaría los temas de La Misión
Vivienda, por lo importante que significa para el desarrollo urbano, la
importación de plantas de prefabricación y reiterar la importancia de la
industria de la construcción.
Se
trataría, obviamente, de reflexiones producto del ejercicio profesional y
personal de los temas abordados, que por su naturaleza son complejos y difícil
de sintetizar en pocas líneas.
Arq. Máximo Rojas Chávez, Votaciones del 2021
Comentarios
Publicar un comentario